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"Cuando
toqué por primera vez con Astor Piazzolla, hace diez años, pensé que se trataría de
una única experiencia. Pero ahora el tango es parte permanente de mi vida." La
confesión pertenece al vibrafonista norteamericano Gary Burton, otro de los que cayó en
el influjo mágico del bandoneonista marplatense.
El primer encuentro de Burton con Piazzolla y su quinteto derivó en una extensa gira y en
la grabación de un CD ("The new tango", en vivo, en el Festival de Montreaux
1987), que dejaron en el vibrafonista norteamericano la semilla de su presente
"tanguero".
Diez años después, uno de los artistas más destacados del jazz moderno y reconocido
docente de la Berklee, volvió a grabar con aquel grupo la música de Piazzolla. El
resultado fue "Reunión", un homenaje en el que el vibrafonista se encontró
nuevamente con Pablo Ziegler, Fernando Suárez Paz y Héctor Console, junto a Daniel
Binelli y el joven Marcelo Nissinman como responsables de ocupar la silla vacía de Astor
y el "extrapartidario" Makoto Ozone.
El CD incluye obras como "Tanguedia", el "Concierto para quinteto",
"Decarísimo" y una versión en dúo "virtual" entre Burton y una
grabación original de Piazzolla del clásico de "Mi Refugio".
La gira de presentación del disco en Europa, el entusiasmo por la respuesta del público,
los resultados musicales logrados con el quinteto, movilizaron a Burton para proyectar una
segunda parte y una gira por América del Sur que lo traerá a Buenos Aires en enero
próximo.
-¿Ya se siente medio tanguero?
-Parece que estoy yendo para ahí. Es evidente que voy a seguir haciendo esto y es la otra
música que voy a tocar en forma periódica. Este año repartí mi tiempo entre el tango,
los conciertos en dúo con Chick Corea y la grabación de un disco con Chick, Pat Metheny
y Dave Holland.
-¿Cómo se sintió tocando Piazzolla sin él en el escenario?
-Cuando fui por primera vez para grabar hace un año y medio me había hecho esa pregunta.
El fue un gran intérprete de bandoneón para el tango contemporáneo, pero también fue
grande escribiendo. Su contribución como compositor hace que, aunque haya otros
intérpretes tocando el bandoneón, sigue siendo la música de Astor. Después de media
hora de tocar fue como si él estuviera ahí, lo podía sentír como diez años atrás
cuando toqué con él. Y esto pasó también cuando estuvimos de gira. Después de todo,
el resto de grupo eran los mismos músicos con los que tocaba. Y que hacen la música de
Astor muy bien.
-¿Cuáles fueron las dificultades que encontró para improvisar en el tango?
-Normalmente, en un solo de jazz hay que tocar sin interrupciones durante tres o cuatro
minutos. Pero cuando Astor quería una improvisación lo ubicaba en muy pequeños
fragmentos. Por lo tanto, tenías que aprender a entrar en esos pequeños momentos y estar
seguro de ajustarte a lo que estaban tocando los demás, previamente con arreglos
escritos. Era un acercamiento muy diferente a lo que solía hacer en jazz.
-Usted dijo que Piazzolla y sus músicos le cambiaron su forma de tocar. ¿En qué
sentido?
-Una de las cosas que aprendí fue cómo darle más drama y expresión a la música. El
tango es una de las músicas más dramáticas. Aunque el jazz también tiende a ser una
música expresiva, el tango tiene una variedad emocional y estilos que cuando los aprendí
de la música de Astor, tocándola con él, descubrí que lo podía aplicar a mis
composiciones. Decididamente, Astor tuvo una influencia my fuerte en mi música.
-¿Se imagina qué diría Astor de este CD?
-Mi sensación es que estaría muy contento. De hecho, fuimos muy respetuosos de sus
arreglos y conceptos. Es el modo en que él lo habría dirigido.
-Después de Piazzolla, ¿piensa seguir recorriendo el género?
-Originalmente pensé hacer un solo CD, pero disfruté tanto haciéndolo en vivo y de
tener cada vez mejores performances tocando juntos como grupo, que sentí que podíamos
hacer un proyecto nuevo juntos. Pero sólo sigo dentro de la música de Piazzolla. Conozco
la música de Astor muy bien, y no tanto el tango tradicional.
Martín Liut
Binelli sigue el camino de Astor
Ponerse el traje de Piazzolla y que no quede grande es un desafío para pocos. Uno de los
que lo puede asumir es Daniel Binelli, un virtuoso del fueye , que integró durante 14
años la orquesta de Pugliese y compartió los escenarios con su admirado Astor su último
grupo, el Sexteto. En verdad, la apuesta de Binelli es doble. No solamente se dedica a
recrear la música de Astor con su quinteto, junto a la cantante italiana Milva, o como
solista junto a orquestas sinfónicas. Además escribe nueva música, continuando la
exploración del contacto entre el tango y la música contemporánea, que también
intentó Piazzolla.
Binelli sabe que no es una tarea fácil, pero ya le está rindiendo sus frutos. Junto a
Milva hizo una gira por Japón que se grabó en dos CD. El material incluye el ciclo de
tangos que Piazzolla le escribió a la histriónica cantante, pero también tres de
Binelli, dos con letras de su mujer, Edith Vélez, y uno con otra figura fuertemente
ligada al imaginario piazzolliano: Horacio Ferrer.
Desde el próximo 22, Binelli se presentará junto a Milva y a su quinteto en París y
luego en diversas ciudades de Italia.Por si fuera poco, Binelli tiene planeada otras
giras, junto al guitarrista Eduardo Isaac, para seguir expandiendo el universo tanguero.
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